A propósito de las movilizaciones contra HidroAysén ¡Interrumpir el progreso del capital!
¡A superar los límites de nuestras luchas!
Ya deberíamos tenerlo claro: Es tan evidente la contradicción, tan patente el daño, tan clara la irracionalidad tras megaproyectos como los de HidroAysén, que son miles quienes salen a la calle para demostrar su inconformidad. Pero aún seguimos criticando y actuando en la cancha que nos rayaron.Nos hablan del “progreso”. “Para alcanzarlo hay que hacer sacrificios”, nos dicen. Y nosotros/as no queremos los sacrificios que ellos nos imponen, porque sabemos que siempre significan el aumento de los niveles de explotación en el trabajo, la depredación intensa sobre nuestro entorno natural, el encarecimiento general de los medios de subsistencia, condiciones ambientales adversas para nuestra salud, etc. Es decir, siempre el mentado progreso es a costa nuestra. Pero a pesar de esto, les seguimos el jueguito y afirmamos que sí, que queremos progreso, que nuestro país debe seguir creciendo económicamente. Entonces llevamos la crítica y la discusión a un plano meramente técnico. Y si es así, entonces las vías son claras: apego a la legalidad impuesta desde arriba, manifestaciones encuadradas en lo que ellos quieren ver, búsqueda de soluciones definitivas a través de la política tradicional y los organismos judiciales actuales y/o clamar por energías alternativas, lo que es darle a otros capitalistas la posibilidad de enriquecerse. ¡Qué felices deben de estar estos empresarios y políticos con tan predecibles y respetuosos manifestantes! ¡Qué eficaz maquinaria social es la del capitalismo, que transforma las protestas por las contradicciones que ella misma genera en nuevas posibilidades de inversión!
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